Es febrero del 2023 y estamos en Oasis del valle, Cura Brochero, Córdoba.

De tan relajada me cuesta mucho ponerme a escribir, recién ahora después de cinco días de estar aquí pude empezar a acariciar el teclado. Es el lugar ideal para encontrar mis pensamientos pero también lo es para encontrar la musa del sueño sanador.

Hace un rato Noe, la carismática dueña del lugar, me hizo un masaje y eso me trajo de vuelta de los territorios oníricos.

Estoy sentada en este maravilloso jardín, en un atardecer después de una lluvia intensa. Ahora hace fresquito y es muy agradable.

Creo que sencillamente en estas vacaciones quiero estar aquí y ahora, fluyendo en el estar, con algo de conciencia de impermanencia que se impone como natural.

Ya es de noche y tomé unas muy lindas fotos que espero poder publicar mañana cuando internet este disponible de una forma mas amigable.

Mañana vamos a ir a Valle de las rosas, cerca pero no demasiado. Le idea es tomar un micro de línea y hacer la aventura de viajar como los lugareños. Cuando volvamos voy a escribir para contar todo lo que hayamos visto, se que hay una feria artesanal y eso me ilusiona mucho…

Ya fuimos, ya volvimos y la vida siguió su curso. La feria estuvo maravillosa, es de esas cosas para recordar y volver a traer imágenes cuando quiera alojarme en lugares agradables. Fue muy grato tomar refugio en el café de enfrente de la plaza, se llama Cuartito azul y como no podía ser de otra forma está todo pintado en ese color.

Como las ferias me atraen mucho, les encuentro un sabor muy especial, también fuimos a la de Nono. Feria y plaza todo en uno es una de las maravillas de la vida! y si es de noche tienen fantasía como de carnaval en Merlo, mis pagos infantiles:

Se llama La Nuriesca o al menos le gusta que le digan así, la vi hacer un hermoso espectáculo de mimo en la fascinante plaza de Nono; aquí pongo un pedacito de su magia.